Miércoles, 9 de abril de 2014, 20.45 h

CICLO DE JAZZ 1906

ATOMIC 

HAVARD WIIK (PIANO)

MAGNUS BROO (TROMPETA)

FREDRIK LJUNGKVIST (SAXO)

INGEBRIGT HAKER FLATEN (CONTRABAJO)

PAAL NILSEN-LOVE (BATERÍA)

Atomic ha sido definida, con razón, como una de las bandas más poderosas y rompedoras del nuevo milenio. Formado en el año 1999, el quinteto sueco-noruego pulverizó a golpe de free jazz todos los prejuicios sobre el jazz venido de tierras escandinavas. A las atmósferas lánguidas y melancólicas perseguidas por sus compatriotas, Atomic contestó con la tradición afroamericana más libertaria y contracultural, empeñándose en revivir procedimientos vanguardistas que figuras como Ornette Coleman, Albert Ayler, Archie Sheep o Anthony Braxton pusieron en alza en épocas en las que el activismo musical era la marca de la casa. Desde entonces enarbolan la bandera del nuevo jazz nórdico, más comprometido y valiente, y con el que ganan cada vez más adeptos y alcanzan una dimensión internacional que los lleva a los mejores escenarios y festivales del mundo.

Todos se disputan a Atomic. Con un directo completamente demoledor que conjuga con escalofriante precisión la libertad más absoluta con la disciplina más férrea, el grupo combina la eficaz y vanguardista sección rítmica de Oslo, con Havard Wiik al piano, Ingebrigt Håker Flaten al bajo y Paal Nilssen-Love a la batería –formación que obtuvo excelentes críticas cuando integraban el grupo Element– y en la línea de frente dos músicos de Estocolmo: el trompetista Magnus Broo y el saxofonista Fredrik Ljungkvist.

Su arrolladora energía entronca con el free jazz clásico y la tradición jazzística europea pero también con la música contemporánea y aleatoria –Schonberg, Cage o Feldman–, y con las corrientes vanguardistas de Chicago. La influencia de músicos como Archie Shepp, Charles Mingus, Ornette Coleman, Albert Ayler, Archie Sheep, Anthony Braxton, George Russell o Keith Jarrett es más que evidente.

Atomic ha sabido además tender puentes con el otro lado del Atlántico para aunar fuerzas con músicos como Ken Vandermark, creando un poderoso vínculo y una corriente internacional que confirma la vigencia y longevidad del free. Su último trabajo discográfico, There is a hole in the mountain, (2013) fue nominado a los equivalentes a los Grammy noruegos en diciembre pasado.

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En su línea, Atomic sigue sin obviar un modo de componer que también es deudor de la tradición de la música clásica y en el que hay una clara intención de contar historias. Si todavía tienes tus reservas ante un plato tan contundente es la hora de dejarlas en casa. Te aseguramos que después de escuchar a Atomic en directo no volverás a ser el mismo.